La limpieza facial profunda es un tratamiento estético avanzado que tiene como objetivo higienizar la piel de forma intensiva, eliminando impurezas, células muertas, puntos negros, exceso de grasa y toxinas acumuladas en la superficie y capas más externas de la piel.
A diferencia de una limpieza facial básica, este procedimiento trabaja con mayor profundidad en la piel, utilizando productos específicos, vapor, aparatología y técnicas especializadas para desobstruir los poros y devolverle al rostro un aspecto saludable, uniforme y luminoso.
Está especialmente indicado para pieles con tendencia grasa o mixta, pieles congestionadas, con poros dilatados, acné leve o con acumulación de impurezas, aunque puede adaptarse a distintos tipos de piel mediante una evaluación previa.
Testimonios
Javiera Inostroza
«Mi piel estaba opaca y con muchos puntos negros. Después de la limpieza profunda, la sentí fresca, suave y mucho más limpia. ¡Un antes y un después!»
Carla Gonzalez
«Tenía los poros muy dilatados y brotes frecuentes. Noté mejoras desde la primera sesión, y ahora mi piel respira.»
Antonia Seul
«Pensé que me iba a doler, pero fue súper llevadero. Me encantó cómo quedó mi cara, mucho más luminosa y pareja.»
Francisca Valenzuela
«Fue más que una limpieza, fue un reset para mi piel. Me ayudó con la textura y la hidratación también.»
Daniela Marambio
«La mejor decisión para mi piel. Me sacaron todas las impurezas sin irritarme y salí con un brillo natural hermoso.»
Preguntas Frecuentes
¿En qué se diferencia de una limpieza facial clásica?
La limpieza profunda actúa a un nivel más intenso: incluye exfoliación enzimática o química, extracción más completa de comedones, uso de vapor, aparatología y mascarillas específicas. Es ideal para pieles con poros obstruidos, puntos negros o exceso de grasa.
¿Duele la extracción?
Puede generar una leve molestia en zonas con muchas impurezas, pero el procedimiento es cuidadoso y tolerable. El profesional puede adaptar la técnica según la sensibilidad del cliente.
¿Cada cuánto se recomienda hacerla?
En general, cada 4 a 6 semanas, aunque esto puede variar según el tipo de piel, la edad y los cuidados personales.
¿Puedo maquillarme después del tratamiento?
Se recomienda evitar el maquillaje por al menos 12 a 24 horas para permitir que la piel respire y se recupere correctamente.
¿Qué cuidados debo tener después de la limpieza?
Evitar exposición solar directa, usar protector solar, mantener la piel hidratada y no manipular la piel (no tocar ni exprimir granitos).
¿Es apta para todo tipo de piel?
Sí, pero se adapta según el diagnóstico previo. En casos de piel muy sensible, con rosácea o condiciones inflamatorias, se evaluará si es conveniente realizarla.
¿Puedo hacerla si tengo acné?
Sí, especialmente si es un acné leve o comedogénico. Ayuda a desobstruir los poros y mejorar el aspecto de la piel. En casos severos, se debe contar con indicación médica.